Adelgazar es un camino
El eje del proceso curativo no pasa por impedirse comer, sino por la atención que concedemos al acto de comer.
Las dietas no funcionan porque sostienen un proceso forzado con un destino inexorable: fallar.
Lao Tze definió este fenómeno: “los efectos exagerados no pueden ser sostenidos”.
Dietas y atracones son dos extremos de un mismo proceso, Un perro encerrado correrá cuando se le abra la puerta, correrá hasta compensar el encierro. En algún punto una persona a dieta está encerrada.
La vida es un fenómeno autorregulado. Tenemos avisos fisiológicos para nuestras necesidades: el cansancio nos indica dormir, el frío abrigo, el hambre la necesidad de alimento .
Estos fenómenos no son ni buenos ni malos: son naturales. Pues actúan en armonía con el funcionamiento vital.
La compulsión es también un mecanismo compensatorio natural. Compensa un malestar emocional que nada tiene que ver con la comida, el uso de esta se anticipa para impedir que el vacío, el miedo, la ira, la tristeza, etc. sea sentido.
La compulsión esta creada por heridas y perpetuada por el intento repetido de evitar el dolor congelado de lo que sufre.
Sentir lo no sentido es curación.